La nicotina es una sustancia sumamente adictiva. Entre más pronto en la infancia empieza una persona, más fuerte es la adicción y los niños tendrán más dificultad para dejar de fumar. Se estima que dos tercios de los niños que fumaron en el grado 6.º se convirtieron en fumadores habituales como adultos, comparado con un 46% del grado 11. 90% de los adultos dependientes del cigarrillo empezaron a fumar antes de los 18 años de edad.
Para los adolescentes, incluso fumar en ocasiones aumenta el riesgo de adicción. Un estudio descubrió que para los jóvenes, fumar mensualmente aumenta 10 veces la probabilidad de adicción. Se dice que los cerebros de los niños y adolescentes que están en rápido desarrollo son particularmente susceptibles a la adicción de la nicotina.
Dadas las dificultades que tienen los adolescentes para tratar de dejar de fumar cigarrillo, la nicotina puede dañar el cerebro en desarrollo, causando problemas de salud significativos entre los niños y adolescentes, tales como tos, producción de flema, enfermedades respiratorias, enfermedades cardiovasculares, riesgo de sufrir diabetes, huesos más débiles, entre otras.
Empezar a fumar y volverse fumador durante la adolescencia, son hechos que tienen consecuencias importantes en la salud tanto a corto, mediano y largo plazo y suele ser uno de los factores de mayor importancia en la prevalencia de la conducta de fumar en la vida adulta.
En Colombia, la encuesta realizada en el 2001 puso en evidencia que el cigarrillo es la 2.ª sustancia psicoactiva de mayor consumo entre los jóvenes escolarizados entre los 10 y los 24 años. En el 2019, el 26% de los niños y adolescentes habían fumado en los 30 días anteriores a la encuesta, llegando al 28.5% en hombres y el 23% en mujeres. Las cosas se complican: a mayor oferta, mayor preocupación. Aunque en definitiva, el enemigo es el mismo: la nicotina.
¿Y por qué es una sustancia tremendamente adictiva? Los cambios en la estructura cerebral provocados por la nicotina afecta de manera directa al control directo del estado interno de los adolescentes o a la toma de decisiones, también afecta el rendimiento escolar y las relaciones familiares y sociales.
Lo que pasa es que los adolescentes, no solo consumen nicotina a través del cigarrillo, curiosamente más de la mitad de los jóvenes comienzan dando cigarrillo con cannabis y la otra mitad cigarrillos convencionales. En general, los adolescentes en particular no asocian su consumo con ninguna clase de peligro, pero están muy equivocados. Hay que tener claro que ninguna forma de consumir nicotina es mejor que otra, porque en cualquier caso, el peligro de la adicción siempre está presente.